sábado, 28 de octubre de 2017

Dualidad del Yin y el Yang

Dualidad del Yin y el Yang

La teoría del Yin y el  Yang, también conocida como teoría de los opuestos, fue fruto de la observación de la naturaleza. La característica dual del universo Qino adquiere los nombres Yin y Yang. Esta teoría considera que la evolución de las cosas es el resultado de la interacción de dos fuerzas, tendencias, direcciones, energías que son opuestas entre sí. El cielo y la Tierra, el Sol y la Luna, la noche y el día, hembra y macho, abajo y arriba, adentro y afuera, quietud y movimiento son sólo algunas manifestaciones de esta dualidad intrínseca.

El agua es fría, el fuego caliente, el agua tiende a descender mientras que el fuego tiende a subir, así el agua es Yin y el fuego es Yang. De la misma manera, el día es Yang y la noche Yin; lo alto Yang, lo bajo Yin; la materia Yin, la energía y lo inmaterial,  Yang; el elemento pasivo Yin, el elemento activo Yang. Así, todo en el universo puede ser clasificado en Yin y en Yang. Es el primer principio básico de la teoría del Yin y el Yang.
En este mismo orden de ideas, la región superior del cuerpo corresponde a Yang, la región inferior a Yin; la cara ventral o anterior, a Yin y la región dorsal a Yang; la cara interna de las extremidades, a Yin y la cara externa a Yang; los órganos son Yin y las vísceras, Yang.

Las enfermedades cuyas manifestaciones son por calor se clasifican como Yang y las enfermedades que se manifiestan por frío, por fatiga, son Yin. Un pulso rápido, potente, es Yang, mientras que un pulso débil, lento, es Yin; un tinte facial oscuro, pálido, se considera Yin, un tinte facial rojo, brillante, Yang; un medicamento caliente se clasifica como Yang, un medicamento frío como Yin. La teoría del Yin y Yang es parte inseparable de la Medicina Tradicional China.

Principio de  interdependencia del Yin y el Yang

Estas fuerzas no pueden existir la una sin la otra, no se puede definir el frío sin el calor, ni el día sin la noche. Así surge el segundo principio de esta teoría, el Yin y el Yang dependen el uno del otro.

Principio de Interdivisibilidad y relatividad
Una cosa, fenómeno, evento, situación u objeto jamás será  total y  exclusivamente  Yang o Yin. Por ejemplo, el día se considera  Yang al compararlo con la noche, pero las primeras horas del día son Yang en comparación y las horas de descenso del Sol por la tarde siendo aún de día, son Yin, así, la mañana es  Yang dentro de Yang y a la tarde, Yin dentro de Yang.

Principio de Intertransformación
El Yin y el Yang no son estáticos en el tiempo y el espacio. El Yin se transforma en Yang y el Yang a su vez evoluciona hacia Yin; el día Yang se  transformar en la helada noche Yin.  Si la fiebre llega a subir demasiado, puede venir el estado de shock que se manifiesta con hipotermia y otras manifestaciones tipo Yin. La evolución del universo depende de las continuas transformaciones de Yin a Yang y viceversa.

Principio de Intercompensabilidad, equilibrio
La relación intrínseca a la que aspiran el Yin y el Yang es el equilibrio. La disminución de uno conduce al exceso del otro y el exceso de uno conduce a la disminución del otro. En ambos casos se habla de la pérdida de la compensabilidad y en medicina eso es  causa de la  enfermedad. Por ejemplo, en condiciones normales el Yin del hígado compensa al Yang del hígado, previniendo que éste se fortalezca demasiado. Si el Yin del hígado se debilita, se desarrolla un síndrome de hiperactividad y ascenso del Yang del hígado.


La dualidad es uno de los pilares fundamentales de la filosofía occidental. Dualidad entre el Orden y el Caos, entre el Bien y el Mal, Dios y el Diablo... Esto hace que, comparativamente, el Yin y el Yang nos parezca un concepto menos ajeno, casi familiar en nuestra cultura. Por supuesto, sus matices son diferentes, pero su comprensión ocurre de forma orgánica y natural aún para nosotros, casi como si la idea de que existen opuestos que se complementen y definan mutuamente fuese algo intrínsecamente ligado a la psique primigenia del Hombre.
De hecho, por paradójico (o, quizás, sea todo lo contrario) que parezca, no dejan de acudir a mi mente ejemplos de cómo esta eterna Dualidad da forma y actúa aquí, en las entrañas de tu cuerpo, mientras yo escribo estas líneas y tú las recorres con tu mirada. Tus pupilas se abren y se cierran, tu corazón se contrae y se relaja, tus pulmones aspira el aire (inspiración) y lo expulsan (expiración)... Una muestra, pequeña e incompleta, pero no menos significativa, de que somos parte de este Cosmos, y que por sus leyes nos regimos.

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